Cansancio herido por las olas
tocar la playa fue la vida
ahora ya no importa
morir entre las piedras
quiero dormir sobre los siglos
de hambre y lejanía
playa dorada
tienda beduina
umbría y fresca
huella de califas
y camellos
desierto compartido
lengua de canciones infantiles
almohadones con espejos
danza del vientre
de tu vientre
oh playa generosa
cuna de alfaneques y sirenas
alminarete de conchas
erizos
y brillantes caracolas
luz de lunas
canción de vientos del estrecho
barca pequeña
cascanueces
cocotero
no me dejes
llévame contigo mar adentro
devuélveme a mis soles
a mis lunas
al desierto
no me dejes perdido en la espesura
no me dejes tan sola entre estos hombres
con rostros de otros hombres
con voces que no entiendo
y me difaman
devuélveme a mi cuna
a mis gentes
a los ojos oscuros
que me esperan
perdidos
mirando el horizonte de los barcos
no me dejes morir en el desierto
abrígame otro poco
dame el tiempo amarillo
que yo busco
déjame con hijos
y con huellas
en esta tierra de nadie
que es de todos
porqué morir
en las rompientes de las olas
si puedo vivir en tu alegría
de alimentar mil bocas que zozobran
antes de probar esta ambrosía
oh viento del estrecho
abre las sienes de la mar perpleja
que se niega a creer tal infortunio
deja que entren en sus playas
los caballos de mar
y las medusas
que brillen las barcas con sonrisas
cuando nazcan los niños bien paridos
que se hicieron en el vientre de esas madres
allá lejos
detrás de las quimeras
donde los hombres
amasaron sueños
del color exacto de la vida
viento brumoso de las costas
escóndeme del fuego
no dejes que se vuelen las cenizas
protégeme del sueño
no quiero dormir sobre la arena
quiero ver luces
frutos y sembrados
recoger las espigas ya doradas
y sentir la tersura de un pan recién horneado
acariciar el rostro de mis hijos
y jugar con ellos al sereno
alzar los ojos y mirar las nubes
que viajan al desierto
para contarnos cosas
de este mundo de arenas
que dejamos
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